Jericó, Antioquia. Donde todo empezó
Jericó, Antioquia. Donde todo empezó. Jericó, amor de mis amores, el lugar que considero mi hogar, el que hace que mis pulsaciones se aceleren cuando piso sus calles, el mismo que me ha visto sonreír tantas veces, donde la música me suena mejor, donde las conversaciones cobran un sentido diferente, donde la aromática con panela (bebida típica de estos pueblos del suroeste antioqueño) han sido testigos de declaraciones, incluso de esas de amor que quedaron marcadas en mi mente y mi corazón, aunque pasen los años.
¡Ay mi Jericó! hoy me da gusto hablar de ti para el mundo y trataré de resaltar un poco la magia que escondes, entre tu cultura, tu famosa arquitectura de la colonización antioqueña, tus personajes emblemáticos que he visto al pasar mis años, la imponencia de tu Catedral en todo el marco de la Plaza, un Santuario, tres iglesias y once capillas. Hoy me complazco en hablar de ti, pero hay tantas cosas que tengo para contar de ti mi Jericó querido, que seguramente saldrán varios capítulos, porque fue gracias a ti que volví a s mis raíces y fuiste tu quién nos inspiró a escribir sobre nuestras MilRaíces y volver a nuestros orígenes para renacer.
Ven te cuento donde queda Jericó.
Jericó, no es cualquier pueblo, es uno de los patrimonios de Colombia que tiene su propia Santa, además de estar habitada por gente ordenada y pujante que lo ha sabido sacar adelante. Fue fundado en 1851 por Santiago Santamaría Bermúdez de Castro, a quién le dieron esta tierra en recompensa por su apoyo con la causa en la Guerra de los Mil Días. La Atenas del Suroeste como también es llamado, queda situado en el Suroeste Antioqueño y según Wikipedia esta a 1.910 sobre el nivel del mar y limita por el norte con los municipios de Tarso y Fredonia, por el este con los municipios de Fredonia y Támesis, por el sur con los municipios de Támesis, Jardín y Andes y por el oeste con Andes y Pueblorrico.
Para llegar desde Medellín, la mejor vía es la de Amagá – Bolombolo, Bolombolo – Peñalisa, Peñalisa – Jericó, y si escogemos esta ruta les recomiendo parar en La Mayoría, un restaurante de comida típica que queda como a hora y media de Medellín. Las arepas con queso de entrada que vienen con un “hogao” delicioso son un buen abrebocas. Como plato fuerte les recomiendo una torta de pescado y si lo que buscan es algo más típico, no duden en pedir los frijoles, que tienen muy buen sabor… mejor dicho ¡ahí van a la fija!
Otra vía para llegar desde Medellín: Por Fredonia: Medellín – Amagá, Amagá – Fredonia, Fredonia – Puente Iglesias – Jericó. Si escogen esta vía, por favor no se vayan a ir por la cabaña porque no está pavimentada y es muy larga. Mejor tomen la vía pavimentada que es llegando a Puente Iglesias a la derecha, como si fueran para Cauca Viejo.
Por la vía a Fredonia como uno le dice, no es una carretera muy buena, pero tiene unos paisajes hermosos y hay un restaurante que me encanta que es La Curva del Gordo. Allá van a la fija con la cazuela de frijoles y la mazamorra. Ya verán cuando la coman, se acordarán de mí y me amarán por el dato.
Por La Pintada: Medellín – Caldas, Caldas – La Pintada, La Pintada – Jericó. Por esta vía van a tener 2 peajes y actualmente por el alto flujo que transita por esta zona de camiones la hace muy lenta, se van a demorar más pero si prefieren ir por ella, se van a encontrar con unos contrastes de paisajes muy lindos, y en Versalles un corregimiento de la zona pueden hacer una parada para comer unos deliciosos pan de quesos. Por favor si paran ahí, pidan para llevar unos extras, en unas horas van a estar pensando todavía en esa delicia y van querer más.
Ahora si les voy a contar realmente como empezó la idea de crear MilRaices y por qué.
El agite de la vida, el haber vivido lejos tantos años, las personas que en ese momento caminaban conmigo por la vida, lograron que por mucho tiempo yo no solo me alejara de dónde era, sino que también de quién era. Dejé de hacer las cosas que me gustaban de pequeña y adolescente, dejé de disfrutar de esas cosas que amo como lo es una buena conversación en las escaleras de un parque. Conversar abiertamente con quien yo quisiera, montar a caballo, disfrutar de una quebrada y sus aguas heladas, disfrutar de un agua panela que me ofrecían en las casas campesinas las cuales me ha encantado visitar desde que tengo uso de razón. Dejé de hacer esas y muchas otras cosas, pero gracias a los asares de la vida, me volví a subir sobre un caballo, en noviembre del 2018, en la celebración de los 60 años de mi mamá. Fue justamente ese día, que me di cuenta que una parte de mi se estaba muriendo, que estaba dejando de ser yo, por satisfacer a un montón de gente mientras me olvidaba de mi, por eso digo que Jericó me devolvió a la vida y desde aquel día, no he hecho sino acercarme más a mi esencia. Mi mente y mi corazón volvieron a ser coherentes no solo con quién era, sino con lo que quería.
El día que regresé a Jericó.
Almuerzo ese 17 de noviembre de 2018, en esta casa campesina en la subida que hay de Tarso a Jericó.
Fue a raíz de esa búsqueda interna que le pedí a mis dos grandes amigas Susy y Eli que fuéramos a Jericó, pero esta vez con una única intención: re-descubrir mis raíces. Les dije que necesitaba nutrir mi alma, mi mente, mi corazón y entender muchas cosas que sentía que no estaban bien en mi vida. Es por esa razón que el 30 de enero del 2019, salimos muy temprano de Medellín rumbo Jericó, la idea era estar tres días y recorrer los caminos y deshacer los pasos que me habían hecho tan feliz en el pasado y los cuales sentía que me pertenecían. Durante nuestro viaje empezamos a subir fotos en las redes sociales y volví a verme como era antes: relajada, sin afanes, soñando, vibrando en frecuencia a la que lo venía haciendo y cada segundo en este lugar donde crecí, me hacían acercar más y más a la verdadera Isabel.
Desde que veo al Cerro Tusa, me empiezo a sentir diferente. Desde ese momento siento que estoy en casa y segura, este se puede ver así, en la vía, Amagá – Bolombolo.
La primera e infaltable parada fue en el mirador que hay en la vía llegando a Jericó, el cual nunca me le he sabido el nombre, pero entre mi gente la hemos llamado el Mirador del Castillo (por cierto vale la pena parar aquí) y desde ahí, les pude mostrar a Susy y a Eli, muchos lugares entre ellos la finca de mis abuelos que ambas cuando eran chiquitas me acompañaban. Les mostré varios lugares y uno que otro donde tenía una anécdota divertida e importante para mí que contar y recordar.
Parte de la vista desde el mirador del castillo en Jericó – Antioquia con la infusión PerfectBody la cual a mí no me puede faltar en los viajes, porque me ayuda a no retener líquidos ya que yo soy muy propensa a que eso me pase, debido a los cambios de alimentación y clima.
Tomándonos una que otra foto porque vale la pena.
Este par, Susy y Eli revisando las fotos que se habían tomado.
No podía faltar la foto de Susy, la modelo No.1 de Milamores con los productos.
Mientras mi par de amigas se tomaban fotos, yo hice poner una de mis canciones favoritas, una de esas que te hacen sentir vivo, esa con la que uno se acuerda de ese primer amor. Ya con el corazón latiendo más fuerte, seguimos nuestro viaje porque nos estaba esperando el almuerzo en un lugar nuevo que se llama Ecoparques Las Nubes. Desde ahí íbamos a poder ver a los valientes parapentistas, corriendo hacia el abismo, como con ganas de conquistar el mundo, mientras nosotras disfrutábamos de una rica comida el mejor estilo Picnic.
El aceite MagicOil es otro producto infaltable para llevar a los viajes, ya que sirve para picaduras de insectos, aporreones, quemaduras y muchas otras cosas más. En esta foto Susy mostrándole a Eli nuestra amiga los beneficios de este mágico aceite.
En el Ecoparques Las Nubes, pueden encontrar una hermosa vista y una variedad de comida bastante amplia, desde hamburguesas, hasta chicharrones caramelizados, pero lo que pidan les va a gustar, así que tranquilos, pidan con confianza que les va a ir bien.
El infaltable para llevar a todas partes, el termo viajero Milamores.
Este recorrido hasta el momento es la primera parte de un homenaje que en Milamores le queremos hacer a Jericó. Hasta el momento ha sido un viaje de amigas y explicarles el por qué y como nació la idea de hacer MilRaíces. De ahora en adelante, hablaré de Jericó como un lugar local que quiere que el mundo lo conozca y se enamoren de este hermoso pueblo de Antioquia, tanto o más que la que escribe este artículo. Mis amores, solo les adelanto que se preparen para entrar a conocer personajes, recetas, lugares que querrán conocer lo antes posible, sabrán también que necesitan llevar a Jericó, porque, si lo vas a querer aprovechar como yo lo hago, la lista para llevar y hacer, va hacer muy larga.
Buenos mis amores nos vemos la otra semana con más cosas increíbles para descubrir de Jericó y aquí les dejo unas fotos para que se vayan preparando a lo que van a ver y si les gusto me haría muy feliz que compartieran este articulo.
Isa Uribe
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